Discrepancia entre insumos y necesidades

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Las encuestas nutricionales nos dicen que la mayoría de las poblaciones en los países industrializados no reciben las ingestas recomendadas de muchos minerales y vitaminas a través de los alimentos.

Las recomendaciones tienen en cuenta tres situaciones en las que ciertos requerimientos de micronutrientes aumentan de manera muy sustancial:

  • crecimiento en niños y adolescentes;
  • embarazo y lactancia en mujeres;
  • la tercera edad

Discrepancia entre insumos y necesidadesSe reconoce que en estas situaciones los alimentos por sí solos no pueden aportar suficiente vitamina D para evitar el riesgo de raquitismo en los niños, osteoporosis en los ancianos, ni suficiente hierro y vitamina B9 para evitar el riesgo de anemia en las mujeres embarazadas (en 2005 la situación se ve de otra manera para las mujeres embarazadas, no se recomienda la administración de vitamina B9 durante la periconcepción, especialmente para la prevención de defectos del tubo neural y la suplementación sistemática con hierro durante el embarazo, algo bueno cuando sabemos que solo el 23% de las mujeres en edad fértil tienen niveles bajos de ferritina, que el hierro es prooxidante, que aumenta el estrés oxidativo en mujeres embarazadas y que el hierro antagoniza al zinc,faltando en el 100% de ellos y mucho más importante en particular para el crecimiento en el útero).

Pero los suplementos micronutricionales que reciben los niños y las mujeres embarazadas siguen siendo muy fragmentarios. Las encuestas dietéticas y los estudios clínicos muestran que existen discrepancias significativas entre la ingesta y los requisitos de muchos otros micronutrientes en niños y mujeres embarazadas.

Estas circunstancias requieren, por tanto, un asesoramiento específico sobre la frecuencia de consumo de determinados alimentos ricos en vitaminas, minerales, ácidos grasos y aminoácidos esenciales y la suplementación adecuada.

Hay muchas otras circunstancias y muchos factores que provocan un aumento de las necesidades de micronutrientes que no se tienen en cuenta en las ingestas recomendadas: deporte o alta actividad física, estrés, sustancias tóxicas, contaminación, factores de riesgo, enfermedades, tratamientos, variaciones climáticas, dietas desequilibrios…

Los corredores deportivos aumentan las necesidades de magnesio, varias vitaminas del complejo B, vitamina C y vitamina E. Las largas distancias tienen mayores necesidades de hierro: si su actividad física se desarrolla en altura, la cantidad necesaria de algunos micronutrientes aún puede aumentar.

Cualquier tipo de estrés puede inducir la pérdida urinaria de magnesio

El estrés induce una salida de magnesio intracelular que aumenta las pérdidas urinarias de este mineral.

Esto es así sea cual sea el tipo de estrés: vinculado a un esfuerzo físico intenso, un cambio brusco de temperatura o altitud, ruido, tensión psicológica, trauma, una operación, etc.

Además, esta salida de magnesio de las células va acompañada de una entrada de calcio y hierro, fenómeno que intensifica las emisiones de radicales libres y conduce a la destrucción de vitamina E y ácidos grasos poliinsaturados [63], lo que amplifica las pérdidas celulares de magnesio (otro círculo vicioso).

AutorJean-Paul Curtay

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